lunes, 18 de abril de 2016

El Barça salva la noche al Atleti y al Madrid



Una vez más, como tantas veces en la vida y en el fútbol, ha vuelto a ocurrir lo inesperado. El Barcelona ha dilapidado toda su ventaja respecto a sus competidores, el Atlético de Madrid y el Real Madrid. Tras su derrota de ayer frente al Valencia, el líder está ahora igualado a puntos con el segundo y sólo le saca un punto al tercero.

Lo que les ha ocurrido al Atleti y al Madrid me ha recordado a esas noches de las que ya no esperas absolutamente nada y de repente ocurre algo que te hace revivir. Una mirada de la chica a la que querías pedir matrimonio nada más entrar en el bar y que te había estado ignorado vilmente durante toda la noche, un peligroso chupito al que te invita tu amigo en el primer momento de exaltación de la amistad de la noche, una canción que llevabas esperando desde hace horas y que no contabas con escuchar ya antes de retirarte. Son gestos, detalles. A partir de ahí remontas y eres tú el que paga el segundo chupito de exaltación de la amistad. Algo ha ocurrido, y te ha salvado la noche.

Hace un mes, la Liga estaba perdida para el Madrid y el Atleti. Era la noche sin sonrisa de la chica, sin chupito de ningún amigo, el DJ te parecía malísimo porque no ponía tu canción. No había absolutamente nada que les hiciera pensar que esa noche iba a ser recordada por algún motivo más que por su aburrimiento. Si es que el aburrimiento es algo que la gente recuerde.

Era la noche en la que, de tanta pereza que te da el pensar volver a casa, decides quedarte ahí por inercia, por puro aburrimiento. Supongo que cuando tienes una competición casi perdida, estás deseando que esa tortura se acabe lo antes posible. Sigues ahí porque si te retiras te sancionan. Con los amigos puede ocurrir algo parecido. Tú estás planeando la clásica "bomba de humo" o una digna retirada a tiempo, pero te lo piensas muy bien. Sabes que tus amigos también te pueden sancionar a su manera.

Pase lo que pase, los de Simeone y los de Zidane han salvado la noche. Qué duda cabe. Ya han conseguido vivir con emoción lo que queda. El próximo paso es hablar con la chica de la sonrisa y volver a plantearse pedirle matrimonio aunque no la conozca de nada, después del chupito está garantizado que se vendrán arribísima y quizá después de desgañitarse con la canción se hayan quedado sin garganta.

A partir del momento en el que la noche se ha salvado, solo quedan dos posibilidades:  retirarse como héroe con el sí de la chica o habiendo vivido una juerga para la Historia, o con final trágico, encajando un fatídico gol en ese decisivo momento que supone el encendido de las luces de cualquier bar o discoteca. Lo que todos sabemos ya es que la noche habrá sido memorable, pase lo que pase.

sábado, 16 de abril de 2016

Enamorado del Atleti, sí lo puedo entender



Es uno de los cánticos que triunfan en el Vicente Calderón desde hace tiempo: "Enamorado del Atleti, no lo puedes entender", cantan orgullosos los aficionados rojiblancos a orillas del Manzanares. Y yo niego la mayor. Porque creo que sí lo puedo entender. Lo he intentado entender y creo que lo he conseguido. Aunque puede que sólo sea una cosa mía.

Puedo entenderlos, digo, porque dicen que el amor es sufrir y el seguidor colchonero es sufridor por naturaleza. Está curtido a base de heridas de las que tardó en recuperarse 19 días y 500 noches. Ahí está Lisboa. Schwarzenbeck. O los años en el infierno. Pero también está el Doblete, la Europa League o la final de Copa en el Bernabéu. Quizá el sufrimiento haya sido más frecuente. Por eso el éxito aquí sabe a gloria.

El atlético sabe muy bien que su equipo no le va a regalar felicidad cada temporada, pero sabe también que cuando esta llegue, se desbordarán las emociones y puede que las lágrimas. Porque mientras algunos se acaban aburriendo de su propia felicidad, otros, cuando alcanzan la victoria, garantizan el éxtasis en los suyos.

Ahora viven tiempos felices en el Paseo de los Melancólicos, al que habrá que cambiarle el nombre si esta época se prolonga en el tiempo. El culpable es Diego Pablo Simeone, el Cholo. Simeone es, además del mejor entrenador de la historia del equipo, el que mejor se identifica, el que mejor entiende lo que es el Atleti. Porque derrocha coraje y corazón en cada palabra y en cada gesto. Porque hace soñar a lo grande.

Simeone es puro Atleti. Y siendo puro Atleti, ha sabido ganarse la admiración de aficionados de otros equipos, incluso de algunos no futboleros, por la pasión que transmite, por enseñar que nadie está derrotado de antemano, por hacernos creer en el esfuerzo como forma de superarnos y enfrentarnos a las adversidades. Porque él ha demostrado que "si se cree y se trabaja, se puede" y que nunca hay que dejar de creer.


Por todo esto, sí puedo entender que los suyos estén enamorados del Atleti. Aunque yo he vivido siempre a orillas del Manzanares y a lo mejor no soy de fiar. Pero dígame, mirándome a los ojos, que no ha deseado usted ser del Atleti en algún momento durante los últimos años y vivir lo que están viviendo ellos.