miércoles, 17 de marzo de 2021

Ayuso, ni un minuto más

Isabel Díaz Ayuso, expresidenta de la Comunidad de Madrid


El 4 de mayo la ultraderecha puede volver a tocar poder en España después de cuarenta años. Habrá personas que vayamos a votar para impedirlo, y personas que irán a votar para conseguirlo, muchas conscientes y otras sin serlo, que quizá sean las peores. No es una exageración. El que no quiera ser consciente de lo que hay en juego en estas elecciones está en su irresponsable derecho como ciudadano de no serlo, por supuesto. De personas que no se dieron cuenta de lo que se venía cuando lo tenían ante sus narices está llena la Historia trágica de nuestro continente.

Si digo que la ultraderecha puede recuperar el poder es porque Ayuso sólo podrá pactar con VOX y estos exigirán conserjerías sí o sí. Y Ayuso ha demostrado, por discurso y por acción, que no tiene el más mínimo reparo en darles ese poder. Ayuso representa al PP más extremo, el de Cayetana Álvarez de Toledo, el más duro y el más partidario de llevarse bien con la extrema derecha, algo que no haría la canciller alemana Angela Merkel en su vida. Porque nunca jamás una persona que se considerase demócrata se plantearía nunca un mínimo entendimiento con la ultraderecha. Nunca jamás una persona que se considerase demócrata se le ocurriría hablar de "comunismo o libertad". En Europa lo entienden muy bien, pero porque allí la democracia ganó al fascismo, cosa que no ocurrió en nuestro país. Y de aquellos polvos, estos lodazales.

Y por eso son tan trascendentales las elecciones del 4 de mayo. Porque determinarán la balanza de la política nacional. Si el discurso ayusista trumpista sale derrotado de manera contundente, cabrá esperanza de que gane definitivamente el valiente discurso de Casado contra VOX en la moción de censura de aquel lejano mes de octubre de 2020. Si, por el contrario, y confío en que no suceda, Ayuso sale ganadora y VOX se dispara, ya tendremos al PP y a VOX al mismo nivel. En el PP vencerá la cobardía y ya no querrán enfrentarse a VOX. Con el añadido de que Ayuso cae bien a los de VOX y a Casado le odian desde la moción de censura. En unas generales veo cada vez más plausible que VOX adelante al PP si el PP no hace nada por distinguirse de los de Abascal.

VOX da miedo, salvo que seas alguien a quién le dan igual los derechos y las libertades. VOX da miedo, salvo que seas alguien a quién le dan igual las mujeres maltratadas. VOX da miedo, salvo que seas alguien a quién le dan igual los inmigrantes. VOX da miedo, salvo que seas alguien a quién le da igual la igualdad. VOX da miedo, salvo que seas alguien a quién le da igual el colectivo LGTBI. VOX da miedo, salvo que seas alguien a quien le da igual la precariedad. VOX da miedo, salvo que seas alguien a quién le da igual una educación libre de censura. Ayuso da miedo, porque va de la mano de VOX, y si la votas estarás siendo cómplice de todo lo que les pueda ocurrir a las minorías en la Comunidad de Madrid. Ejercer tu voto es ejercer tu compromiso democrático con tus derechos y libertades como ciudadano.

Ante el reto histórico, Pablo Iglesias abandona el Gobierno para ser el candidato de Podemos en la Comunidad de Madrid. A mí me ha entusiasmado el gesto, la verdad. Me parece valiente y muy generoso por su parte. Y es darle a estas elecciones la importancia que tienen. A día de hoy, me inclino por votarle. Pero también me gusta Mónica García, que lleva haciendo muy buena oposición en este año y medio. En todo caso, bienvenidas las tres candidaturas de izquierdas, y que no se lancen una sola pulla. Se trata de sumar, de darse cuenta de lo que hay en juego y de ganar, algo que cada día que pasa veo más posible y me llena de ilusión pensar que sí se puede.

De las elecciones saldrá un gobierno que es sólo para dos años. Me da completamente igual. No quiero ver a la ultraderecha tocar poder ni un solo minuto. No quiero tener un minuto más a una ignorante peligrosa que dice que si te llaman fascista es que estás en el lado bueno de la historia. No quiero tener un minuto más en la Comunidad de Madrid a un partido que fomenta la desigualdad mientras se le llena la boca de libertad, cuando no puede existir libertad en la desigualdad. No quiero tener un minuto más en la Comunidad a un partido que tiene un diputado que hoy en el Congreso, cuando Íñigo Errejón hablaba de un tema tan vital como la salud mental, le ha dicho "¡vete al médico!". Este nivel permanente de infamia no puede salir gratis. A votar, todos.

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