No. No me va muy bien en lo sentimental. Mucho tiempo sin nadie al que esperar para ver los capítulos de una serie. Muchos besos perdidos y ojalás innecesarios. Noches sin arrebatos, demasiadas.
Tampoco espero a la princesa mágica. Nunca creí en los cuentos de "estaba perdido y apareciste tú". "¿Y en qué crees entonces?", me preguntan alarmados. Y yo respondo: "en estar bien conmigo mismo, que un sofá para uno es un auténtico paraíso, no un drama, y en que la felicidad es para el que la quiere, aunque sea solo un poquito y en las circunstancias que sean".
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