Aficionadas del Atleti en el Vicente Calderón |
Me enamoré del futbol como después me enamoré de las mujeres: de manera repentina, inexplicable y acrítica, sin pensar en la perturbación y dolor que me traería.
Leí un artículo de Celia Blanco @latanace que
me gustó mucho. Tanto que creo que debo haberlo leído cincuenta veces en menos de veinticuatro horas. Cuenta que le chifla el fútbol y por qué. Recomiendo mucho leerlo, sobre todo si eres mujer. Y hoy quiero hablar de eso mismo, de fútbol y mujeres.
Primero os contaré que soy muy y mucho futbolero, que diría El Amado Líder. Qué queréis que os diga, los
días de partido me dan la vida. Y los días sin fútbol
son algo que existe como también existe la tortilla sin cebolla o la gente que no ha visto Friends. Planifico el futuro en base al calendario futbolístico. Marco siempre en mi
agenda los grandes partidos, aunque nunca está uno del todo a salvo de los no futboleros, que montan planes a destiempo y
deshora. Para mí, Dios tiene un nombre que es Raúl y unos apellidos que son
González Blanco. No hace falta deciros mucho más sobre mi pasión por este deporte. Por todo esto siempre vi como requisito imprescindible un cierto interés por el fútbol en los proyectos de novia que tenía (nunca supe tener ligues a secas).
Porque sí. Tengo que confesar que me ponen las tías futboleras. Me
gusta que tengan su propia opinión sobre el último partido o la última
polémica. Me vuelve loco verlas indignarse. Verlas celebrar un gol en el último
minuto que lo cambia todo. Verlas sufrir como lo hace cualquiera tras perder un
título. Verlas desesperarse por el fallo clamoroso del delantero. Las que saben convertir el fútbol en una fiesta. Las que tienen una historia que contar asociada al fútbol. Las que viven nerviosas el día de partido grande. Cada vez son más y tengo la suerte de haber estado siempre rodeado de ellas: mi abuela (se lleva la palma), mi tía, mi madre, mi hermana (todas colchoneras), Tere (madridista), y las imprescendibles tuiteras futboleras @conchi @juana @fugazzi @almita @mariavillarreal y @mamenhidalgo.
En su artículo, Celia Blanco cuenta que conoce muchos hombres que se quejan de que sus mujeres, novias y madres no están dispuestas a que en su casa se vean todos los partidos y suelta una frase que para mí lo resume todo: “El fútbol puede ser una excusa perfecta para ser lo suficientemente feliz con tu pareja”. Es la pura verdad. Por eso me cuesta entender que haya parejas en las que el fútbol sea un muro y no un elemento de unión. Hay casos en los que uno se queda en una tele y otro se va a otro cuarto. Yo no podría vivir así. Es que creo que es hasta bonito ver un partido con tu pareja.
En su artículo, Celia Blanco cuenta que conoce muchos hombres que se quejan de que sus mujeres, novias y madres no están dispuestas a que en su casa se vean todos los partidos y suelta una frase que para mí lo resume todo: “El fútbol puede ser una excusa perfecta para ser lo suficientemente feliz con tu pareja”. Es la pura verdad. Por eso me cuesta entender que haya parejas en las que el fútbol sea un muro y no un elemento de unión. Hay casos en los que uno se queda en una tele y otro se va a otro cuarto. Yo no podría vivir así. Es que creo que es hasta bonito ver un partido con tu pareja.
En mi caso, tengo una novia culé. También sevillista. En
todo lo demás es perfecta, que conste. Cuando la conocí quizá no era muy
futbolera (aunque siempre fue culé) pero creo que ahora lo es más. Cinco años hacen estragos. Me lo he currado. Un ejemplo: el aperitivo por todo lo alto que monté para el partido inaugural del Mundial de Brasil, el primero que vivíamos juntos. Lo hice porque para mí la Vida es eso que pasa mientras esperas que llegue el Mundial cada cuatro años. Era mi forma de decirle: "Esto hay que celebrarlo, y quiero hacerlo contigo".
Creo que los o las que dan la espalda al fútbol se están perdiendo algo. Se están perdiendo la conversación del bar. La
de la frutería. La del ascensor. La de los compañeros de trabajo
al día siguiente de un partido. No digo que no se pueda vivir así. Digo simple
y llanamente que se están perdiendo algo que me atrevo a decir que mejoraría su
calidad de vida. Si no estás en el fútbol, estás muy fuera, siento decírtelo. Y no es algo de lo que enorgullecerse, aunque a veces lo creas.
El fútbol es la gran excusa. Para reunirse con la
familia. Para tomarse unas cervezas con los amigos. Para montar un buen sarao
en casa. Para invitar a esa persona a tu "palacio" y cenar una pizza y lo que surja. Para vivir la vida, en definitiva. Para ser suficientemente feliz. Me niego a creer que te lo quieras perder.
Muy bueno Guille. Tú sí nos representas. Lo comparto. Feminismo en un mundo supuestamente machista.
ResponderEliminarMuchas gracias GCD por leer y participar. Así se anima esto. Y me quedo con eso: "feminismo en un mundo supuestamente machista".
EliminarMe encanta. Un texto estupendo. :)
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras Emma, y por gastar parte de tu tiempo en dejar constancia de que te ha gustado. Anima mucho cuando recibimos respuestas, la verdad. ¡Seguiremos con ello! Abrazo.
EliminarSiempre recordaré que, cuando te dije que fer y yo nos casábamos, dijiste: no hay europa ni mundial! Perfecto! Ese día te quise todavía más ;-)
ResponderEliminarGracias por participar Tere jajaja me encanta, no me acordaba ni yo pero ahora lo he recordado. Me parto. Y menos mal que tú me entendiste, y me quisiste más por ello :-) ¡Beso fuerte!
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