jueves, 28 de mayo de 2020

Reencuentros en la primera fase


Los reencuentros en la Fase 1 en las terrazas de Madrid


Me comí un bulo. Quiero empezar por ahí, porque me paso la vida diciéndole a los demás que tienen que tener mucho cuidado y que hay que contrastarlo todo y luego voy y soy yo el que se come un bulo. Fue el vídeo en el que se ve a los manifestantes de Núñez de Balboa con el himno antifascista del Bella Ciao. Era un montaje. Y me lo creí por completo hasta que me enteré de que era una manipulación de imagen y sonido.

Otra vez la duda eterna. Hablar o no hablar de política aquí y en redes sociales. Un dilema que me viene de vez en cuando y que suelo resolver siempre de la misma manera, que es seguir haciéndolo. Pero es que además no me cansaré de decir que "la política" es algo que te afecta en tu vida diaria y que es algo en lo que hay que mojarse. Cuando tengo la duda suele ser porque me da miedo que alguien se pueda sentir ofendido por algún comentario y no quiero que ninguna relación personal se vea dañada por esto. También intento siempre expresarme con cuidado pero cuando digo intento es eso, intento, porque no siempre creo que lo consiga.

No lo he dicho en ninguna entrega de este diario, pero durante estos meses he escuchado mucha banda sonora en Spotify. No es una novedad, suelo hacerlo. Al que más escucho es a John Williams. Lo que voy a decir es una obviedad, porque no siempre se pueden escribir cosas que nunca nadie haya dicho antes. Pero me fascina que alguien cree una música y ya siempre se asocie esa música a ese personaje o a una situación. Que tú estés en el mar bañándote y un amigo te haga la broma de la música de Tiburón aunque hayan pasado cuarenta y cinco años, a eso me refiero.

El viernes se anunció que pasábamos a la Fase 1 en Madrid. Explosión de alegría en Twitter y en los whatsapps. Por fin podríamos reencontrarnos. Pero también tuve que leer un comentario de alguien que decía "Madrid pasa a Fase 1, qué horror" y otros del tipo "yo me quedo en fase 0, por responsabilidad". A mí me parece genial que tú te quieras quedar en casa, pero deja a la gente que lleva dos meses encerrada que se alegre de poder ver a sus familias y amigos. Hay gente a la que yo dejaría en fase 0 toda la vida.

El lunes fue un día bonito en Madrid. Yo creo que todo el mundo fue a reencontrarse con sus familias. Yo fui uno más. Me puse muy contento de ver por fin a mis padres y a mi hermana. Y también a Trampas, el perro de mi hermana. Fue gracioso porque después de dos meses, lo primero que hicieron mis padres al verme fue regañarme, como buenos padres. Lo hicieron por haber ido sin mascarilla en el ascensor. Y ya lo más gracioso es cuando le pregunté a mi padre si le podía dar un beso o no y me dijo "no" sin pensarlo.

Cuando se anunció el pase a la fase 1 empecé a ver que mucha gente decía que ya habían llamado a su bar para reservar terraza. Y me agobié por algo que me suele agobiar a veces. Se trata de que no tengo un bar. No en propiedad, sino que no tengo un bar típico que pueda considerar "mi bar" como muchas personas. Eso es algo que a mis padres nunca les ha pasado, porque a fuerza de repetir en los mismos lugares, les conocen y eso siempre es bueno. Yo quizá tenía el Palentino, pero es que el Palentino era el bar de toda una generación. Si hablamos del Palentino, hablamos casi más de una religión que de un bar. Desde que cerró, no hay un bar que haya sentido como propio.

Por fin también nos reunimos con amigos en una terraza. A mi hermana y a mí nos gusta juntar a nuestros amigos y llevábamos sin poder hacerlo todo este tiempo, claro. Así que por fin nos juntamos nueve, entre amigos suyos y míos, a tomar unas cervezas y unos tintos de verano en una terraza, recuperando poco a poco la vida cotidiana.

Se retira Aduriz, una leyenda del Athletic de Bilbao y del fútbol español. Jugadores como Aduriz hacen que el fútbol sea más de verdad. Y en un mundo como el de hoy, cualquier persona que consiga que cualquier cosa sea más de verdad es una persona a la que hay que estar muy agradecido. En su despedida, al hablar de la final de Copa que no podrá jugar, aseguró lo siguiente: "el equipo hubiera sido peor conmigo". Sobran las palabras. 

El lunes fui a una terraza cerca de casa con Oli. Vimos alguna escena de reencuentros pero una especialmente entrañable. Unos abuelos que se reencontraban con sus nietos. La señora era para darla un abrazo detrás de otro. Se le iluminaban los ojos y nos miraba a Oli y a mí y nos explicaba: "es que no nos hemos visto nunca". A la parte irracional de mí le divirtió mucho pensar que realmente esos dos señores no conocían de nada a la pareja joven y a los dos niños con los que estaban sentados en la mesa.

Con tanta mascarilla por la calle y en el autobús y en el metro me acordé de lo que decía Oscar Wilde, que si le dabas una máscara a un hombre te dirá la verdad. Quizá con la mascarilla nos sintamos protegidos y nos volvamos todos más sinceros, yo que sé.

El sábado 6 de junio abre sus puertas de nuevo el Museo delPrado. Tengo muchas ganas de volver a mi vida normal, de volver a un lugar que tantas cosas buenas me ha traído, de ver a mis compañeros y abrazar a los que se dejen, y de volver a estar rodeado de cuadros y resolver dudas a los visitantes.

Ayer busqué el verano por primera vez este año. Yo es que me paso la vida buscando el verano. Para irme a dormir la siesta, bajé bastante las persianas y dejé abierta la ventana para que pasase un poco de aire. Busqué una siesta de verano, que son las más felices de todas, con esa luz especial que tienen las habitaciones en las tardes de verano.

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