jueves, 21 de mayo de 2020

"Prolijo y complicado" es nombre de grupo indie


El cielo de Madrid desde el confinamiento del coronavirus

Al ver las imágenes de las cacerolas en unos barrios y las colas del hambre en otros, me vinieron a la cabeza unas palabras de Holden Caulfield en El Guardián entre el centeno. Un profesor le dice que la vida es una partida y Holden piensa que "de partida un cuerno. Menuda partida. Si te toca del lado de los que cortan el bacalao, desde luego que es una partida. Pero si te toca del otro lado, no veo dónde está la partida. En ninguna parte. Lo que es de partida, nada".

En un paseo, escucho a una adolescente decirle a sus amigas "no os conté mi bochorno en Pachá", y luego dijo algo de una cachimba. Supongo que el bochorno era ese, estar en un sitio como Pachá y sentarte en un sofá a fumar cachimba, digo yo.

Algunas noches, tarde, desde el sofá, veo pasar el 149 por mi calle y me da mucha pena. Lo peor es que no puedo explicar bien por qué me pasa. Creo que a veces algo te da mucha pena y por mucho que te esfuerces no sabes el motivo y es mejor dejarlo así.

Un buen amigo tiene una historia bonita de amor con una chica. Ella ha estado viviendo en el extranjero durante los últimos tiempos. Por fin, pudo volver a España hace poco. Y justo en ese momento empezó el coronavirus. Viven en distintas provincias, así que llevan sin poder verse todos estos meses. Pienso en todas las historias de amor que comenzaban y que se han visto paradas temporalmente. 

En una entrevista en El País, Yolanda Díaz, Ministra de Trabajo, hace hincapié en la importancia de las relaciones personales a la hora de lograr acuerdos. Me gusta mucho que lo diga porque es algo con lo que yo tengo una buena pedrada. Si tú te llevas bien con alguien, es más fácil que puedas entenderte con él aunque penséis distinto. Siempre he oído que en la Transición había buenas relaciones personales y que eso ayudó mucho a que se consiguiese todo lo que se consiguió. Durante los últimos años yo decía mucho medio en broma medio en serio que si Rajoy y Mas se hubieran ido de cañas en su momento no hubiera pasado nada de lo que pasó.

Relacionado con esto, se me ocurrió una idea que quizá os parezca una locura, a ver. Al ver las imágenes de personas protestando delante de la casa de Pablo Iglesias y de Irene Montero, pensé que sería un auténtico golpe de efecto que saliese Iglesias y invitase a uno o dos de los que estaban ahí a pasar a su casa a tomar un café o una cerveza. Yo siempre tengo en mente a Mandela. Y Mandela se metía en el bolsillo a sus enemigos por gestos así. Personas que querían ver muerto a Mandela se rendían a él después de pasar un rato en su compañía.

A mí me fascinan los que piden libertad y aseguran estar oprimidos en plena calle, sean de la ideología que sean. Sin embargo, tienen talento. Quiero decir que consiguen que haya gente que les crea. Yo salgo con Oli y mis amigos a la calle y nos ponemos a decir que estamos oprimidos y es que creo que nos mandan confinados a casa un año por el ridículo espantoso que haríamos. Lo que pasa es que hay que creerse que de verdad estás oprimido, y eso a mí no me pasa. No en la España de 2020.

Salinger montó un pollo de mucho cuidado por una coma. Lo contó el editor de The New Yorker William Maxwell en una entrevista. En el momento de ir a ser imprimido, un corrector le dijo a Maxwell que pensaba que en una frase de un relato debía haber una coma. Maxwell intentó ponerse en contacto sin éxito con Salinger y apoyó la decisión de colocar la coma. Cuando Salinger leyó el relato y se encontró con la coma entró en cólera y armó un gran escándalo. Yo lo entiendo. Si yo no he puesto una coma ahí, no vayas tú y me la pongas. Los detalles son importantes, siempre.

Esta semana y la anterior son las semanas en las que se tenía que haber visto un rebrote muy grave del coronavirus. Todo esto según los que se pasaron los días acusando a los españoles de "irresponsables". Resulta que los datos no han demostrado nada de eso que decían los amigos del #todomal. La evolución sigue siendo buena. Aún así, cada día, tienes que leer comentarios del tipo "así no saldremos nunca" porque hay gente que es irreductible a la realidad. Son gente que a las once de la noche te dicen que no es de noche, que es de día, que cómo no puedes ver el sol.

Oli cuida de mí. Cuando salimos a pasear estos días intenta que antes de las nueve estemos en casa para que no me cruce con ninguno de los de las cacerolas. Y si estamos en casa, un poco antes de las nueve me manda a hacer la cena para que esté distraído y no escuche el ruido de la calle. Un poco como Good bye Lenin, que no se entere el pobre de la que hay liada ahí fuera.

Leo en una entrevista a Javier Solana, presidente del Patronato del Museo del Prado, asegurar que para la reapertura del museo hay que "preparar al personal" y que el plan es "bastante prolijo y complicado". Y al leer esto, me viene a la cabeza de repente que "Prolijo y Complicado" sería un maravilloso nombre de grupo indie. A veces me vienen cosas así a la cabeza.

Estoy muy enganchado a la serie Baron Noir. La primera vez que oí hablar de ella fue a Errejón. Después, he sabido que mis padres también la han visto. Es una maravilla. Cada capítulo te impresiona de alguna manera. Es francesa y trata sobre intrigas políticas en el partido socialista francés. Hay un tío ahí, el protagonista, que se pasa la vida conspirando, es agotador, no para nunca. He leído que ha sido la serie preferida de algunos políticos durante el confinamiento, Pedro Sánchez incluido.

El gobierno de Holanda recomienda a los solteros buscar un compañero sexual para pasar el confinamiento. A mí me parece un poco lío esto porque no sé cuál es el nivel de confianza para ir y decirle a alguien si quiere ser tu compañero sexual para el confinamiento. ¿Y es sólo para el confinamiento? ¿O puede seguir después? También hablan de un compañero para dar abrazos. Yo supongo que los holandeses y holandesas se pondrán como locos a buscar compañeros de abrazos, estoy convencido.

Descubro una canción de esas que te alegra el día aunque tú no quieras que una canción te alegre el día, que son quizá las canciones más necesarias de todas. Como esas personas que te pillan enfurruñado y te saben sacar de ahí. Se titula Con mi voz y es del grupo Mäbu. Hay un momento de la canción en el que incluso me río cada vez que lo escucho porque la cantante hace cosas graciosas con la voz. Además, tiene una frase que me gusta mucho y me gustan las frases que son latigazos en mitad de canciones alegres. La frase es "no puedo darle todo a quién no quiera".

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